» Los momentos pasan, pero el amor permanece. «


Acompañamiento Personal y Asesoramiento
Cada ceremonia comienza con una conversación abierta y empática.
Nos tomamos el tiempo para comprender quién fue la persona
que despedimos y qué desean
sus seres queridos.
Juntos creamos una despedida
que toca el alma y da sostén.
Sin presión. Sin imposiciones.
Acompañamiento Personal y Asesoramiento
Cada ceremonia comienza con una conversación abierta y empática.
Nos tomamos el tiempo para comprender quién fue la persona
que despedimos y qué desean
sus seres queridos.
Juntos creamos una despedida
que toca el alma y da sostén.
Sin presión. Sin imposiciones.


.
Creación Individual de la Ceremonia
Ya sea junto al mar, bajo olivos o en las montañas
Creamos con cuidado y sensibilidad una atmósfera que refleja la vida
y esencia de la persona fallecida.
Con música, flores, símbolos, rituales, textos, y todo aquello que amaba.

Apoyo en la Organización y Trámites
Cada ceremonia comienza con una conversación abierta y empática.
Nos tomamos el tiempo para comprender quién fue la persona
que despedimos y qué desean
sus seres queridos.
Juntos creamos una despedida
que toca el alma y da sostén.
Sin presión. Sin imposiciones.

Dejar ir, confianza, movimiento.
En el mar, junto a una pequeña cascada o una fuente en la montaña.
Se liberan pétalos de rosa al agua: cada uno, un pensamiento, un agradecimiento, una despedida silenciosa.
Se dejan llevar, ligeros y libres.
Un momento de conexión – con la naturaleza, la vida y lo que permanece.

Recuerdo, calidez, unión.
Al final de la ceremonia dejamos elevar linternas celestiales biodegradables – cada una lleva un deseo, un recuerdo o un nombre al cielo.
Un saludo luminoso – ligero, digno, silencioso.
Un momento que perdura.

Vínculo, continuidad, dignificación.
Se ofrece una cinta – quizá del color favorito de la persona homenajeada. Quien lo desee, anuda un nudo.
Con un recuerdo, un deseo, una promesa.
Al final puede colocarse alrededor de un árbol o formar parte de un altar común.

Palabras que permanecen.
Sobre pequeñas tarjetas se escriben recuerdos, pensamientos o palabras no dichas. Quien lo desee, puede leerlas en voz alta o depositarlas en una caja.
Estos mensajes acompañan – como parte de la ceremonia o como recuerdo personal para los seres queridos.

Gestos silenciosos que emergen del corazón.
Hojas, piedras, flores o plumas disponibles para elegir.
Cada persona escoge uno – y lo coloca con intención en un lugar especial: en el espacio conmemorativo, en un círculo, junto a la esfera.
Un gesto sin palabras, pero lleno de significado.

Símbolo de transformación, ligereza y renacimiento.
Un ritual que incluye mariposas de papel, textos o imágenes naturales.
Cada mariposa lleva un pensamiento – y al final de la ceremonia se entrega, cuelga o se libera simbólicamente.
Una expresión delicada de aquello que continúa su vuelo.
Cada ritual se sostiene también en pequeños detalles – una canción que conmueve. Colores, telas o aromas que despiertan recuerdos. Decoración que no es pura estética, sino significado.
Así nace un instante que no se siente artificial – sino como una continuación amorosa de la vida.